DE NAVIDAD
En diciembre, cuando el Gordo se asoma,
la Lotería aparece, ¡vaya paloma!
Con décimos en mano y esperanzas a toneladas,
todos quieren ganar, ¡qué risa tan desbordada!
Los niños de San Ildefonso, en plan divino,
cantan números, pero el fisco es su destino.
Las bolas giran, el bombo retumba,
y mientras soñamos, Hacienda ya zambulle la pluma.
«El Gordo», ese premio tan deseado,
pero el fisco siempre está al otro lado.
La abuela emocionada con su décimo en la mano,
sin saber que Hacienda ya tiene su plan en vano.
En la oficina, en la calle, en la tienda,
todos hablan de ganar, ¡qué gran comedia! ¿Entiendes?
«¿Qué harías si el Gordo te acaricia?» se cuestiona,
mientras Hacienda frota sus manos con su propia historia.
La suegra y el vecino con planes tan locos,
imaginando lujos, viajes, momentos sofocos.
Pero el fisco, con su risa sutil,
siempre se lleva su parte, ¡qué chiste tan sutil!
El sorteo avanza, la tensión se palpa,
y mientras algunos gritan, otros solo escalan.
Porque al final, en este juego de ilusión,
siempre gana el fisco, ¡qué graciosa confusión!
Brindemos con humor y cierta resignación,
por la Lotería del Gordo y su condición.
Que aunque la suerte se esconda o se abra,
el fisco siempre gana, ¡qué sorna tan abracadabra!
UNA COJA COJONUDA 