CUENTO DE NAVIDAD A MI MANERA


Érase una vez en un lugar llamado Diversilandia, donde los sueños se volvían realidad y la diversidad era celebrada en cada rincón. En este mágico lugar, vivían tres fantasmas que representaban el pasado, el presente y el futuro.

En una fría noche de Navidad, los fantasmas del pasado, del presente y del futuro decidieron reunirse en el corazón de Diversilandia para llevar un mensaje especial a todos aquellos que pudieran oírlos.

El fantasma del pasado era un anciano sabio, con largas barbas grises y arrugas marcadas en su rostro. Caminaba lentamente, con ayuda de una protesi en la pierna derecha arrastrando los pies y susurrando historias de tiempos pasados. Recordaba aquellos días en los que las diferencias eran motivo de discriminación, y cómo poco a poco la sociedad había aprendido a valorar a cada individuo tal y como era, sin importar su aspecto o habilidades.

El fantasma del presente era un ser radiante, con una luz brillante que iluminaba su camino sentado en su silla de ruedas impulsada por una batec con motor . Con una sonrisa en su rostro, mostraba cómo en Diversilandia se vivía la solidaridad y la inclusión, donde las personas con diversidad funcional eran aceptadas y respetadas por todos. Mostraba ejemplos de personas que, a pesar de los obstáculos, habían logrado cumplir sus sueños y ser felices.

El fantasma del futuro era un enigmático ser, que miraba al horizonte con ojos llenos de esperanza. Con su voz suave pero inspiradora, transmitía un mensaje de futuro prometedor para Diversilandia. Un lugar donde las barreras y prejuicios serían cosa del pasado, y las personas con diversidad funcional serían vistas como individuos valiosos con mucho que aportar a la sociedad. Un mundo donde el respeto y la igualdad reinaban, permitiendo que cada persona pudiera desplegar todo su potencial y vivir una vida plena.

A medida que los fantasmas recorrían las calles de Diversilandia, su aura mágica despertaba una curiosidad en los habitantes del lugar. Despertaban a su paso un sentimiento de solidaridad y empatía, invitándoles a reflexionar sobre la importancia de valorar la diversidad.

En cada hogar visitado, los fantasmas dejaban una semilla de cambio. Semilla que germinaría en los corazones de las personas, inspirándoles a ser agentes de transformación en favor de una sociedad más inclusiva y justa.

En la mañana de Navidad, los habitantes de Diversilandia se despertaron con un nuevo propósito en sus corazones. Unidos por el vínculo de la diversidad, decidieron trabajar juntos para construir un lugar donde todas las personas, sin importar sus diferencias, pudieran vivir sin barreras ni prejuicios.

La historia de los fantasmas del pasado, del presente y del futuro se convirtió en leyenda en Diversilandia, y cada año en Navidad se recordaba su visita y el mensaje de inclusión que trajeron consigo.

En Diversilandia, la diversidad funcional ya no era un obstáculo, sino una oportunidad para aprender, crecer y crear un mundo mejor para todos. El mensaje de los fantasmas perduró en el tiempo, tocando las narices de aquellos que se habían olvidado de la importancia de la tolerancia y la igualdad.

Y así, en Diversilandia, la magia de la diversidad se hizo presente en cada rincón, convirtiendo a este lugar en un ejemplo de convivencia y respeto para todas las personas del mundo.

¡Que vivan los fantasmas del pasado, del presente y del futuro de Diversilandia, y que su mensaje toque las narices de todos aquellos que se resisten a aceptar la diversidad como una algo beneficioso y no como una lacra.

FELIZ NAVIDAD A TODOS-AS , UNA COJA COJONUDA » ALGO FANTASMILLA»

Autor: UNA COJA COJONUDA

SOY ROSA TENGO CASI 56 AÑOS Y DESDE LOS 40 DIAS DE NACER SUFRO PARALISIS CEREBRAL. NO QUIERO COMPASION SOLO DIVERSION ESPERO QUE DISFRUTES CON MI MANERA DE VER LA VIDA MI LEMA ES VIVE LA VIDA PUES NO SALDRAS CON VIDA DE ELL

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